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TOMAR DECISIONES Anca Petra
TOMAR DECISIONES Anca Petra

La frustración es una sensación de insatisfacción, de contrariedad, de impotencia y de desesperación que se experimenta cuando no se consiguen los resultados esperados tras un esfuerzo realizado. Es una emoción negativa, que produce una sensación de tristeza, desaliento o furia, entre otros sentimientos. Aunque todos la experimentamos alguna vez, hay personas que la presentan de forma más crónica y de ahí surgen los trastornos psicológicos.

En general, cuando se experimenta la frustración, se siente la necesidad de romper con la situación, de liberarse del estado de insatisfacción en el que se encuentra. Esta sensación se puede expresar a través de acciones, palabras o pensamientos. En algunos casos, puede ser necesario el apoyo de un profesional para superar la frustración.

Causas de la frustración

Las causas de la frustración pueden ser diversas, desde situaciones cotidianas a situaciones más profundas. Entre las principales se encuentran:

  • Expectativas demasiado elevadas: cuando se espera algo más de lo que se puede conseguir, se suele experimentar frustración.
  • Falta de recursos: tanto materiales como personales, cuando no se dispone de los suficientes para alcanzar un objetivo, se vive la frustración.
  • Fracaso: cuando se intenta algo y se falla, es habitual sentir frustración.
  • Desánimo: cuando se pierde la motivación por lograr una meta, se siente la frustración.
  • Impotencia: cuando se experimenta la imposibilidad de conseguir lo que se desea, se vive la frustración.

Ejemplos de frustración

A continuación se presentan algunos ejemplos de frustración:

  • No poder lograr un objetivo laboral, académico o personal.
  • No tener éxito en una relación.
  • No cumplir con los plazos establecidos para una tarea.
  • No conseguir que alguien entienda tus opiniones o tus sentimientos.
  • No encontrar la solución a un problema.

Cómo gestionar la frustración

Aunque la frustración se siente como un sentimiento muy negativo, existen algunas estrategias que ayudan a gestionarla de forma efectiva. Algunas de ellas son:

  • Aceptar lo que no se puede cambiar: reconocer lo que no se puede controlar nos ayuda a gestionar mejor la frustración.
  • Redefinir el objetivo: en lugar de perseguir un objetivo inalcanzable, es mejor redefinirlo para que sea alcanzable.
  • Buscar el lado positivo: aunque algo salga mal, siempre hay algo positivo que podemos aprender o sacar de la situación.
  • No tener prisa: a veces, si nos apresuramos, es más difícil lograr los objetivos y se produce más frustración.
  • Evaluar la situación: es importante evaluar la situación para saber si se pueden realizar otras acciones para conseguir el objetivo.

Ejemplos de gestión de la frustración

A continuación se presentan algunos ejemplos de cómo gestionar la frustración de forma eficaz:

  • Tomar un descanso cuando se siente frustración: si una tarea se vuelve demasiado difícil, tomarse un descanso puede ayudar a reducir la frustración.
  • Buscar la ayuda de alguien: pedir ayuda a otras personas, especialmente si se trata de un problema profesional o académico, puede ser muy útil para gestionar la frustración.
  • Distraerse: hacer algo divertido puede ayudar a reducir el nivel de frustración y recargar energías.
  • Ejercicios de relajación: practicar alguna técnica de relajación como la respiración profunda o el yoga, puede ser muy eficaz para gestionar la frustración.
  • Aprender de la experiencia: intentar aprender de la situación para evitar que vuelva a suceder en el futuro puede ser un buen método para gestionar la frustración.

Es importante tener en cuenta que la frustración es algo normal, y que todos la experimentamos en algún momento. Sin embargo, si se experimenta de forma crónica, puede ser necesario el apoyo de un profesional para superarla.

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